Historia

HoPe Historia


La Asociación Civil Fundación HoPe Holanda Perú se constituye en la ciudad de Cusco el 08 de abril de 1999, con tres socios fundadores: Walter Meekes, Teresa Griffioen y César Tupacyupanqui Arredondo (los dos primeros holandeses y el tercero peruano). Este hecho representa la formalización de una iniciativa privada que comenzó en 1991.

A principios de los noventa el Perú vivía años de inestabilidad política, social y económica a consecuencia de la lucha interna con el terrorismo que devenía de la década anterior. La violencia reforzó estructuras sociales de exclusión a poblaciones rurales y acrecentó la migración hacia las ciudades como Cusco donde, si bien la situación no estaba mejor, por lo menos había más oportunidades para sobrevivir. En ese escenario convulsionado Walter Meekes –un joven holandés sensibilizado por la cultura andina- se instaló en la ciudad de Cusco para hacer su voluntariado de servicio en el barrio de San Isidro, Picchu.

La intención de Walter era quedarse un año, pero al ver y experimentar las duras condiciones de vida de la población migrante con la que interactuaba todos los días y la inoperancia del sistema estatal, decidió comprometerse con los esfuerzos de la gente por construir un mejor presente y así aspirar a un futuro diferente. A la fecha, Walter ya tiene más de 20 años de trabajo en Cusco.

Walter dejó a su familia y su trabajo en Holanda para establecerse en el Pueblo Joven San Isidro, en la zona peri-urbana de Cusco y desde allí movilizó todos los recursos y contactos que estaban a su alcance para conseguir en su país el financiamiento que necesitaban las poblaciones de varios barrios marginados de la zona Noroeste de la ciudad de Cusco para ejecutar pequeños proyectos de infraestructura pública (agua potable, alcantarillado, escaleras y calles) y proyectos para mejorar su capacidad de defensa y participación social (grupos de jóvenes, cursos de capacitación, orientación personal). En esta tarea ya contaba con el apoyo de Teresa Griffioen o Tineke como se le conoce familiarmente.
En 1993, Walter y Tineke conocieron el Hospital Regional de Cusco con motivo de visitar a un bebé recién nacido con graves problemas de salud. Allí apreciaron el mal estado en que se encontraba el servicio de la Unidad de Quemados. Motivados por este hecho, decidieron conversar con el Jefe del servicio, Dr. Mario Cornejo Portillo, para concretar un apoyo a este servicio. Las donaciones fueron canalizadas a través de Walter y más adelante se convirtió en una actividad de la Fundación HoPe Holanda Perú. En el año 2012 la presencia de HoPe en el Hospital Regional comprende una sala de Rehabilitación Física en la Unidad de Quemados y salas de labor-terapia en Traumatología, Cirugía B, Pediatría y Unidad de Quemados.

En el desarrollo de esta iniciativa privada aparece como constante que una situación trae otra. Por sus actividades laborales Walter y Tineke llegaron a la comunidad de Racchi Ayllu (Huayllabamba – Urubamba) donde les llamó la atención la existencia de varios niños sordomudos; con ellos iniciaron un grupo de aprendizaje, pero otros niños y adolescentes de la comunidad también se sintieron atraídos por el programa, por esta razón decidieron impulsar un grupo de autodesarrollo con actividades diferenciadas según las necesidades de los tipos de participantes; también organizaron a las señoras para mejorar la conducción de su hogar y realizar labores sencillas (tejido y costura) orientadas al mejoramiento de su economía familiar.

En esa época también visitaron la cuenca del Patacancha (Ollantaytambo, Urubamba) y conocieron a la profesora Matilde Huamanttica, Directora de la escuela primaria de Patacancha; así nació una nueva oportunidad de cooperación. El proyecto HoPe ya iba teniendo más forma, con una clara orientación educativa y ésta se consolidó más cuando la profesora Nohemí Estrada, de la antigua Departamental de Educación Cusco, buscó apoyo en HoPe para mejorar las condiciones materiales (infraestructura y material didáctico) de los “jardines” hoy llamadas instituciones educativas de Educación Inicial.

HoPe se caracteriza por ser una organización que reflexiona constantemente sobre su propio proceso, por este motivo cuando sintió que se había avanzado mucho en mejorar las condiciones materiales de las escuelas públicas, vio necesario intervenir en los procesos pedagógicos. Una vez constituida la Fundación HoPe Holanda Perú organizó un equipo educativo de trabajo que luego se consolidó como el Área de Educación para ayudar a mejorar la participación de los agentes educativos y la calidad de la enseñanza en el marco de las normas del sector educación, con un enfoque cualitativamente distinto: intercultural bilingüe, productivo y orientado al desarrollo de capacidades.

Dentro de la historia de HoPe, el colegio de Patacancha ocupa un lugar importante porque es el resultado de un esfuerzo conjunto con la comunidad y los maestros de Primaria. El colegio hizo posible que los adolescentes de las comunidades alto-andinas de la cuenca de Patacancha logren concluir la Secundaria y tengan mejores oportunidades de desarrollo, sin perder su lengua originaria ni su cultura. El colegio lleva el nombre del ingeniero César Tupacyupanqui Arredondo, miembro fundador de la institución, quien lamentablemente perdió la vida en un accidente de trabajo. Actualmente, la Fundación HoPe Holanda Perú mantiene un convenio con la Unidad de Gestión Educativa Local de Urubamba para administrar el colegio.

En el año 2002 los holandeses que apoyaban a HoPe crearon una fundación en Holanda para apoyar en la recaudación de fondos; se trata de Stichting HoPe Nederland que sigue activa con más de 30 voluntarios que conocen los proyectos en Cusco. En el 2009 Walter Meekes entregó la Dirección de la A.C. Fundación HoPe Holanda Perú a la profesora cusqueña Nayruth Violeta Triveño Anaya y en el 2010 se incorporaron más socios.

Desde 1997 HoPe está en las comunidades rurales andinas que son su prioridad. En su trayectoria ha ampliado su intervención pero también ha transferido proyectos al Estado como el CETPRO de Chinchero y el programa de recreación para los pacientes indigentes del Centro de Salud Mental Juan Pablo II, entre otros. En el año 2012, mediante los diferentes proyectos, se apoya a 206 instituciones educativas de Inicial (128 PRONOEI y 78 IEI) y mediante administración por convenio a 02 instituciones educativas de Primaria y 03 de Educación Secundaria.

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